Leyenda
Antecedentes del tramite fundacional
Aunque la Villa en sí ya estaba planificada fundarse desde antes de 1534 y fue ya durante las estancias efímeras de Francisco Pizarro por el territorio que ya era conocido como Puerto Viejo (desde Coaque por el norte, hasta Tosagua por el Este y la Isla de la Plata al sur hacia 1527), se había pensado en reducir la población de indígenas rebeldes sin que haya escogido el lugar apropiado en su trayecto hacia la conquista del Perú y tampoco sin haberse dado el adecuado trato con los caciques que habían declinado su puesta al yugo como un proyecto prioritario; fue Diego de Almagro, que inicialmente había hecho mejores recorridos al interior de los valles, yacía descubierto diversos caminos hasta la sierra determinando muchos accesos fluviales por el lado este, puesto que meses antes de marzo de 1535 inicialmente era YA vox populi entre la élite conquistadora y burocrática que había pensado llamarla Villa Nueva de Almagro, en honor a la villa castellana de Almagro, de la que era oriundo, atraído por los vientos frescos que se daban alrededor del actual río Portoviejo en verano y queriendo dejar una sencilla huella que le recuerde como conquistador. Pero era evidente que la jerarquía de Pizarro para autorizar la fundación de una villa estaba sobre la de él. Además los intereses de Almagro estaban molestando a los de Pizarro ya para ese tiempo, una vez que había desaparecido la preocupación por la presencia de Pedro de Alvarado. Esto se lo afirma según el estudio que la historiadora Dora León Borja hace sobre los sucesos anteriores y posteriores al proceso fundacional de Guayaquil; y entre ello ubicando a los relacionados con la fundación de Portoviejo. Por lo que aquel nombre no fue aceptado, le molestó a Pizarro en silencio aquel alardeo, y para contrariarlo debido a las primeras diferencias de pareceres que surgieron entre la lejanía de ambos conquistadores antes de iniciarse la conquista de Chile y una vez ya consolidada la del Reino de Quito en esos meses la denominación de Almagro quedó abolida y desechada, puesto que Pizarro ya le había tenido una ligera antipatía con lo sucedido en la fundación de Santiago de Quito que llegó a evidenciar desconfianza, además Pizarro sabía de la amplia simpatía que tenía con muchos capitanes y la increíble habilidad que Almagro poseía para recorrer los caminos de los actuales territorios del Ecuador continental que Pizarro apenas superficialmente recorrió.
Fundación de Portoviejo
Los españoles que invadieron América estaban respaldados legalmente por la Corona, pero en realidad constituían empresas privadas que buscaban una rentabilidad, lo que muestra los primeros signos del nacimiento del capitalismo europeo. La Corona autorizaba entonces a su principal, a crear una Gobernación y dentro de ellas a fundar ciudades para la residencia de españoles, regidas estas por el Cabildo que sólo podría ser constituido por españoles para gobernar la ciudad y territorios próximos. Tas este hecho, lo que se buscaba era controlar un espacio para dirigir desde allí la conquista y consolidar el proyecto colonial, lo cual les permitiría extraer riquezas y usar fuerza de trabajo, además de cristianizarla.
Portoviejo se fundó para servir como centro de abastecimiento de comestibles de las huestes españoles que venían a la invasión y conquista del Perú, pues entre otras cosas tenían abundancia de maíz, un producto fácil de conservar. Se fundó también para controlar el gran Señorío de Cancebí y constituirse en un hito de frontera de la Gobernación de Pizarro, que Pedro de Alvarado, otro conquistador, intentaba arrebatar.
Pedro de Alvarado llega a un acuerdo por Diego de Almagro, durante el encuentro en la zona interandina próxima a Quito actual. Entonces, se decide enviar al Capitán Francisco Pacheco a Cancebí para que fundara el asiento de españoles y tratara de pacificar a los aborígenes que estaban en franca rebeldía debido a la agresión de diferentes grupos de invasores, entre ellos el de Alvarado, quien además había apresado a varios indígenas, que ahora traería de vuelta Pacheco, como muestra de deseos de acuerdos de paz. No obstante la fundación, varios grupos de indígenas, mantuvieron la resistencia hasta 1564, y otros fueron creando ingeniosamente formas de adaptarse pera preservar algunos elementos de su cultura ancestral. Guardaron creencias, secretos gastronómicos, formas de organización comunal, habilidad artesanal y aún conservan sus rasgos fenotípicos. Francisco Pacheco había llegado por mar desde la Villa de San Miguel de Piura a territorios de Puerto Viejo para realizar el definitivo encargo que le ordenó Diego de Almagro bajo pedimento de valor en una carta enviada, cuando éste ya se encontraba próximo a su retiro y retorno definitivo al Cuzco y al posterior descubrimiento del Reino de Chile.
Predo Alvarado
Poco antes de efectuarse el acto legal de fundación de la Villa, delimitación de espacios, asignación de solares, creación del cabildo y elección de autoridades, hubo un molesto episodio debido a que otro miembro del grupo pizarrista, quien sabe con qué autorización legal, ordenó al mismo tiempo a Pedro de Puelles crear la ciudad en zona de Cancebí; se trataba de Benalcázar. Más Pizarro dirimió y autorizó a Pacheco a hacerlo. Nace así el primer cabildo creado en la costa ecuatoriana, la tercera ciudad fundada en lo que después fue la Real Audiencia de Quito y más tarde Ecuador, y la primera Ciudad asentada costa ecuatoriana.
Es interesante anotar que Tomás de Berlanga comunicó en una carta al Rey de España el descubrimiento de las Islas Galápagos desde Portoviejo.
Traslados de Portoviejo
Es determinante que el Emperador Carlos V ya había dispuesto “que para fundar una villa debe escogerse un lugar salubre, ni muy alto, ni muy bajo por lo húmedo y enfermizo, debía haber agua copiosa, maderas cercanas y pastos abundantes”. Ya en 1535, cuando los españoles al mando de Pacheco navegaban por el océano Pacífico, se adentraron a Manabí por lo que hoy se conoce como La Boca de Charapotó, allí reconocieron que el lugar no tenía las condiciones que exigía el Rey, por lo que se adentraron 2 leguas en sus naves y llegaron hasta el sitio ahora Correagua de Charapotó y allí desembarcaron y caminaron hasta encontrar el lugar ideal. El viernes 12 de marzo arribaron a la zona de El Higuerón de Rocafuerte, el capitán hizo cumplidas las órdenes del Mariscal Don Diego de Almagro cuando hizo plantar en aquel lugar el estandarte de Castilla, la cruz del cristianismo, la espada del poder, la horca y la picota, fundaron entonces la Villa Nueva de San Gregorio de Puerto Viejo. Las autoridades superiores de la gobernación determinaron que Francisco Pacheco fuera el primer Teniente de Gobernador de Puerto Viejo.
El primer traslado de Puerto Viejo se dio al transcurrir casi tres años de haberse fundado la villa en la zona actual de El Higuerón de Rocafuerte, dirigiéndose exactamente el 11 de junio de 1538 cuando por órdenes del entonces Teniente de Gobernador Gonzalo de Olmos, se reubicó la ya mencionada ciudad cuatro leguas más tierra adentro por el sitio actual de El Higuerón de Picoazá, sin cambiar su nombre oficial. En este sitio Portoviejo duró hasta el 18 de agosto de 1565, fecha en que el Presidente de la Real Audiencia de Quito Don Hernando de Santillán, ordenó al visitador Bernardo de Loaysa que trasladara a Puerto Viejo una legua más al interior, exactamente al ahora sector donde hoy es la calle Colón, cercana al río, allí surgió lo que hoy es la urbe capitalina de Portoviejo y abarcó desde sus inicios las actuales calles Rocafuerte, Olmedo, Bolívar, Sucre y Córdova. Fue en esta conjugación de calles que se agruparon las casas y los edificios administrativos frente al trazo de la Plaza de Armas que actualmente lleva el nombre de Vicente Amador Flor.
Escudo Colonial de Portoviejo
Carlos V Emperador de Alemania que por Cédula Real del 17 de octubre de 1540 concedió un escudo de armas al noble castellano Don Baltazar García, vecino de la Villa Nueva de San Gregorio de Puerto Viejo quien desempeñó funciones en el cabildo como Alguacil Mayor, recibió el escudo para el linaje de su familia en tierras de la Nueva Castilla por los servicios prestados a la corona durante su ejercicio del mando, ya que su nombramiento le fue concedido por el gobernador Francisco Pizarro en nombre del Rey. Este español avecinado en Portoviejo llegó junto a Gonzalo de Olmos quien fue teniente corregidor de Villa Nueva.
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